Tamarindo, fruto del árbol originario de África, cuyo significado es “Dátil de la India”. Posee un néctar energético y su fruto es rico en propiedades nutricionales, vitaminas, aminoácidos y es ideal para las personas que sufren de estreñimiento.
El gastroenterólogo César Louis, asegura que el tamarindo posee un alto contenido de fibra soluble llamada pectina. Al beber su néctar se logra facilitar la eliminación de toxinas, a través de la evacuación, porque también actúa como depurativo.
Gracias a su alto contenido de fibra, ayuda a digerir más fácilmente, a regular el colesterol y es antioxidante y diurético.
Por su alto contenido en carbohidratos, el tamarindo posee propiedades nutricionales, tiene proteínas y muy poca grasa. Esto aporta aminoácidos esenciales que ayudan a muchas funciones del organismo.
El experto en gastroenterología indica que las vitaminas A, B, C y E están presentes en el tamarindo. Además de minerales tales como magnesio, calcio, potasio, zinc, fósforo, hierro, azufre, polifenoles, y ácidos orgánicos como el málico y el ascórbico. Estos son antioxidantes y ayudan a contrarrestar los efectos de los radicales libres.
¿Cómo consumirlo?
Por ser una fruta de sabor ácido, el tamarindo suele consumirse en dulce, mezclando su pulpa con azúcar para su elaboración. Aunque hay personas que les gusta consumirlo fresco, sin importar su nivel de acidez, en preparaciones saladas, como en salsa o como condimento.
Lo cierto es que es una fruta que su consumo es muy versátil. Para quienes no quieren la acides de la fruta y tampoco el dulce, existe otra manera de consumirlo: agua de tamarindo.
Agua de tamarindo
Consumirla en ayunas activará el organismo y mejorará los niveles de energía. Te ayudará con la digestión gracias a sus altos niveles de fibra al mismo tiempo que te ayudará a eliminar toxinas
Para elaborar ocho vasos de agua de tamarindo necesitarás 200 g de tamarindo y 2 litros de agua.
Pon a hervir el tamarindo en 1 litro de agua hasta que ablande y se separe la pulpa de la semilla. Una vez suelta, apaga el fuego y deja enfriar. Al enfriar, aplasta un poco el tamarindo para que termine de soltar toda la pulpa de las semillas. Retira todas las semillas.
Cuela toda la mezcla y agrega el litro de agua restante y mezcla muy bien hasta integrar todo. Puedes enfriar en la nevera y tomarla con mucho hielo.
Con información de 2001
