Daños de la manicura permanente

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Foto: Archivo

La manicura permanente, también conocida como semipermanente, se ha convertido en una opción popular en los últimos años. Su practicidad, larga duración y acabado impecable la han hecho una favorita entre quienes buscan unas uñas impecables durante semanas.

Sin embargo, detrás de su atractivo visual, existen riesgos importantes que vale la pena considerar antes de optar por este tratamiento.

Manicura permanente

En primer lugar, uno de los riesgos más destacados de la manicura permanente es el daño potencial a las uñas naturales. El proceso de aplicación y remoción del esmalte de gel puede debilitar la estructura de la uña, haciéndolas más propensas a romperse, astillarse o descamarse. Esto puede resultar en un ciclo continuo de retoques y reparaciones que puede dañar aún más las uñas con el tiempo.

Además, el uso frecuente de productos químicos agresivos durante el proceso de manicura permanente puede causar irritación en la piel y alergias. Muchos de los productos utilizados contienen ingredientes como acrilatos y metacrilatos, que pueden provocar reacciones adversas en algunas personas, desde enrojecimiento y picazón hasta inflamación severa.

Otro riesgo importante a considerar es la exposición a la radiación ultravioleta (UV) durante el proceso de curado del esmalte de gel. Las lámparas UV utilizadas para endurecer el esmalte pueden aumentar el riesgo de daño cutáneo y el desarrollo de cáncer de piel a largo plazo, especialmente si se utilizan de manera frecuente y prolongada.

La eliminación incorrecta del esmalte de gel puede resultar en daños graves a las uñas naturales. La tentación de arrancar o pelar el esmalte puede causar adelgazamiento y debilitamiento de las uñas, lo que las deja susceptibles a infecciones por hongos y bacterias.

Por último, la manicura permanente puede crear una dependencia emocional y financiera. Al requerir retoques cada pocas semanas para mantener su apariencia impecable, puede convertirse en un gasto continuo que puede resultar costoso a largo plazo. Además, algunas personas pueden experimentar ansiedad o baja autoestima cuando sus uñas naturales no están cubiertas con esmalte de gel, lo que perpetúa el ciclo de manicuras frecuentes.

2001