Dos suicidios de adolescentes en enero alertan sobre salud mental de los jóvenes

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Un estudiante de 13 años de edad se quitó la vida en La Silsa y otro de 16 cayó del penúltimo piso de un centro comercial en El Valle. Durante 2023, cuatro menores de edad se quitaron la vida en la capital, según cifras de Monitor de Víctimas. Hay una tendencia mundial de suicidios de adolescentes. 17 estados del país experimentaron un incremento de casos el año pasado, según el Observatorio Venezolano de Violencia.

A las 4:30 de la tarde del pasado viernes 26 de enero, la tía de Heyler Alcalá, de 13 años, entró a su cuarto después de llamarlo en repetidas ocasiones sin obtener respuesta y lo encontró muerto.

En la habitación, ubicada en el tercer plan de La Silsa de la parroquia Sucre de Caracas, yacía el cuerpo sin vida del adolescente, con señales de que se había ahorcado.

Ninguno de los familiares que acudieron a la morgue de Bello Monte a reclamar el cadáver de Heyler encuentran explicación al suceso.

“Él era un muchacho muy extrovertido, tenía buena comunicación con su familia y estaba cursando el segundo año de bachillerato”, dijo su otra tía, Norkys Rojas.

Luego, Rojas explicó que la madre de Heyler falleció de cáncer hace más de una década y por ello fue criado por su abuela, quien también murió recientemente.

“Su papá está en Chile y actualmente él estaba viviendo con su tía materna y un hermano de 7 años”.

Un caso más en El Valle

El pasado sábado 20 de enero, otro adolescente de 16 años, identificado como Wilfred Alejandro Aguilera Benítez, cayó desde el penúltimo piso del Centro Comercial El Valle, en la capital.

Familiares de Aguilera que acudieron a la morgue no quisieron declarar y se limitaron a decir que el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) debía averiguar si se trataba de un suicidio o de un homicidio.

De acuerdo con cifras recabadas por Monitor de Víctimas, durante 2023 se registraron 46 suicidios en el Área Metropolitana de Caracas, cuatro de ellos menores de 18 años de edad.

Desde 2019, se contabilizan 167 muertes autoinfligidas en los 5 municipios de la capital; a partir de 2021, se cuentan 183 casos en el estado Táchira y, desde 2022, 47 en Sucre y 27 en Zulia.

Cifras en ascenso

De acuerdo con el Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV) la tasa de muertes autoinfligidas aumentó de 7,7 suicidios por 100 mil habitantes, en 2022, a 8,2 en 2023.

17 estados del país experimentaron un incremento de sus tasas el año pasado en comparación con 2022.

Por vigésimo segundo año consecutivo, Mérida se ubicó como el estado con mayor tasa de suicidios (15,5 por cada 100 mil habitantes), seguido de Táchira (13,6) y Distrito Capital (13,3).

El 82% de los casos fueron hombres, el ahorcamiento persiste como el método más empleado para quitarse la vida (75,1%) y la depresión sobresale como el presunto movil del suicidio con 86,1%.

Según el Informe Anual de Violencia Autonfinglida del OVV, las razones de los suicidios en Venezuela apuntan a diversos aspectos: índices elevados de pobreza, incremento de la desigualdad social, aumento de casos de depresión y ansiedad, desesperanza, disfuncionalidad y desestructuración familiar, violencia doméstica, sexual, de género y contra niños, niñas y adolescentes (NNA); conflictos sentimentales; bullying; inflación; pérdida del poder adquisitivo; desplome del valor de los sueldos y salarios y la falta de acceso a médicos especializados como psicólogos y psiquiatras y también a psicofármacos.

Pobreza conjugada con pandemia

Existe una tendencia mundial de suicidios en adolescentes, en el que inciden desfavorablemente problemas emocionales, el desamor y, en países como Venezuela, la economía, según explicó Yorelis Acosta, directora del Servicio de Psicología de la Alcaldía de Baruta.

“Hace poco fuimos testigos del intento de suicidio de una joven de 16 años, en cuyo caso el tema económico estaba presente. Decía que era pobre y que no tenía mayor futuro. Igualmente, un varón se lanzó del piso alto de un centro comercial, luego de haberle quitado la tarjeta bancaria a uno de sus padres, porque no tenía dinero”.

Acosta apuntó que los dos años de encierro por la pandemia del coronavirus pasaron factura a la salud mental de la población y, en especial, a los adolescentes.

“Se puede decir que hay mayor sensibilidad en los jóvenes de hoy en día, más ansiedad, inestabilidad emocional y depresión no diagnosticada”, dijo la psicóloga clínica y social.

La profesional aseveró que la falta de asistencia psicológica y psiquiátrica es un factor de riesgo en la población joven.

“Es una realidad que la gente no tiene cómo acudir a un médico ni cómo comprar la medicina”.

Para Acosta, es fundamental identificar las causas de este flagelo y poder hacer prevención. Resaltó que en países como España y Chile, hay cifras oficiales sobre suicidio adolescente, mientras que en Venezuela las organizaciones solo dependen de lo publicado por los medios de comunicación.

“En Chile, hay centros comerciales que han debido hacer modificaciones estructurales, porque la gente estaba usando los espacios para suicidarse”, indicó.

Con información de Runrunes