«El gato es uno de los depredadores más dañinos del mundo», alerta un estudio científico

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Pocos animales hay tan controvertidos como los gatos. Son adorados por sus fans tanto como odiados por sus detractores. Depredadores, inteligentes, pacientes, solitarios y cazadores implacables. Rápidos, astutos, tremendamente ágiles, territoriales y muy voraces. Algunos investigadores han llegado a proponer esterilizar a todos los gatos callejeros para así evitar el enorme daño que provocan a menudo a la fauna autóctona. Una propuesta que ha cosechado tanto aplausos entusiastas como feroces críticas.

Los gatos, en especial los callejeros, se han convertido en un auténtico problema en algunos lugares. «A nivel mundial, los gatos han estado implicados en la disminución o extinción de más especies que cualquier otro depredador invasor», destaca el estudio, que acaba de publicarse en la revista ‘New Zealand Journal of Ecology’.

Entonces, ¿qué hacer con los gatos? Un equipo de investigadores neozelandeses han realizado un estudio sobre manejo de esta especie, en el que se revisa el conocimiento actual sobre ella y las necesidades de investigación.

Los autores comienzan el informe con una frase contundente: «Los gatos (Felis catus) se encuentran entre los depredadores invasores más dañinos del mundo«. Su estudio se centra en los impactos de la especie en Nueva Zelanda, que son particularmente severos.

Claro que también reconocen que, a diferencia de los depredadores invasores que se pretenden erradicar en aquel país, los gatos también son «muy valorados por la gente y, así que es probable que sigan estando muy extendidos en el futuro».

«Por lo tanto, cualquier investigación sobre el control de los gatos debe equilibrar cuidadosamente su alto valor como animales de compañía con sus efectos nocivos sobre la vida silvestre nativa y también (particularmente a través de la transmisión de toxoplasmosis) sobre la salud humana y animal.

De compañía, callejeros y silvestres

La conveniencia de salvaguardar las faunas nativas, plantea la cuestión de cómo gestionar los impactos de los gatos, entre los que se cuentan la depredación, la competencia con otras especies y las enfermedades que afectan a las especies nativas, el ganado y los humanos.

En primer lugar, los investigadores distinguen entre tres tipos diferentes de gatos. Uno, los gatos de compañía, que viven con personas y dependen de ellas para su bienestar. Dos, los gatos callejeros, que pueden depender sólo parcialmente de las personas para alimentarse y refugiarse, y que viven alrededor de centros de atención humana y viviendas particulares. Y tres, los gatos silvestres, que dependen mínima o nula de las personas y que sobreviven independientemente de la población de gatos de compañía.

Problema: «Actualmente existen importantes lagunas de conocimiento sobre el impacto de los tres tipos de gatos en el medio ambiente y sobre las mejores formas de controlarlos y gestionarlos, que impliquen un manejo eficaz», indican los investigadores del instituto de investigación Manaaki Whenu-Landcare Research.

«Las acciones de gestión adecuadas dependerán del uso de la tierra (áreas urbanas o áreas silvestres), los valores a proteger (vida silvestre o salud humana), así como la seguridad, la humanidad, la aceptabilidad social y la rentabilidad», señala el estudio.

Los investigadores han revisado el conocimiento actual sobre los impactos y el manejo de los gatos en Nueva Zelanda (ese país tiene la tasa más alta del mundo de propietarios de gatos) y en el extranjero, han identificado «brechas de conocimiento que impiden una gestión efectiva» y sugieren enfoques de investigación para abordar estas brechas.

Con información de El Periódico