El Gobierno brasileño confirmó este miércoles el nombramiento de Magda Chambriard como nueva presidenta de Petrobras, en sustitución de Jean Paul Prates, cesado la víspera por orden del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
El nombramiento de Chambriard debe ser confirmado en una votación por el Consejo de Administración de Petrobras, la mayor empresa de Brasil y que está controlada por el Estado, aunque sus acciones cotizan en bolsa.
Chambriard es ingeniera química y civil e inició su carrera en Petrobras en 1980 y en 2002 se transfirió a la Agencia Nacional de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles (ANP), órgano regulador que dirigió entre 2012 y 2016.
Lula destituyó este martes a Prates, quien estaba en el cargo desde enero de 2023, después de meses de roces con algunos ministros del Ejecutivo, en especial por la política de reparto de dividendos de la petrolera.
Petrobras confirmó en una nota que Prates pidió al Consejo de Administración que se reúna para “considerar la terminación anticipada de su mandato como presidente” de la mayor empresa de Brasil “de forma negociada”.
Durante su gestión, Prates retomó el carácter estratégico de la petrolera como inductor del crecimiento económico del país, en línea con la visión de Lula, referente del progresismo latinoamericano.
Anunció un ambicioso plan de inversiones de 102.000 millones de dólares (unos 94.300 millones de euros al cambio de hoy) entre 2024 y 2028, modificó la política de precios y retomó con más énfasis líneas de negocio paralizadas durante la administración de Jair Bolsonaro (2019-2022), como el refino.
Fue al final del primer trimestre cuando se desató una crisis interna sobre el reparto de los dividendos extraordinarios correspondientes al ejercicio de 2023.
Esa discusión sobre los dividendos generó serias dudas sobre la continuidad de Prates, tras chocar con algunos ministros del Gobierno de Lula, además de provocar el hundimiento bursátil de la compañía.
Prates era favorable a la distribución, pero el Gobierno se oponía a la medida.
Tras un tenso tira y afloja, Lula avaló repartir el 50 % de los dividendos extraordinarios de 2023 entre los accionistas y dio por superada la crisis clasificando la situación de Petrobras de “tranquila”.
Con información de EFE