La búsqueda de tratamientos antienvejecimiento llevó a la industria cosmética a investigar sustancias exóticas. Muchas de ellas, derivadas de plantas y animales. En este contexto, el veneno de serpiente apareció en el horizonte como una opción para tratar las arrugas.
¿Puede un tóxico convertirse en ingrediente para la piel? Los hallazgos y los estudios científicos sobre el tema son incipientes. Sin embargo, ya se comercializan cremas que contienen péptidos similares a los que se encuentran en el veneno de algunas especies de víboras.
¿Qué dice la ciencia?
El veneno de serpiente, sus componentes internos y las posibles propiedades derivadas son estudiados por los científicos desde hace décadas. En estas investigaciones se descubrió que la sustancia, tóxica para seres humanos y animales, contiene proteínas y péptidos que pueden provocar diversos efectos en el cuerpo.
Los investigadores lograron aislar varias de las moléculas del veneno para desarrollar medicamentos. El mayor ejemplo es el captotril, que se receta a diario para controlar la hipertensión arterial. Otros exponentes son las desintegrinas, que se ensayan para tratar enfermedades cardiovasculares, diabetes y hasta cáncer.
En cuanto al campo de la industria de la belleza, una revisión publicada en la revista Cosmetics explica que ciertos péptidos presentes en el veneno de serpiente podrían tener efectos similares al bótox. Esto quiere decir que, aplicados en la piel, podrían reducir las líneas finas de expresión y las arrugas, así como fomentarían la hidratación del cutis y mejorarían su firmeza.
¿Cómo actúan? Los péptidos en cuestión bloquean la transmisión entre los nervios y los músculos. Por lo tanto, provocan una pequeña parálisis localizada que estira la piel y disimula las líneas de expresión.
¿Es veneno verdadero?
Cabe aclarar que no se emplea el veneno de serpiente como tal para tratar las arrugas. Los ensayos clínicos y las cremas comerciales contienen productos análogos sintéticos que son similares a ciertos péptidos aislados del veneno.
El proceso es el siguiente. En el laboratorio, los científicos separan las moléculas que de modo natural tienen las víboras. Luego, se producen proteínas pequeñas que no son iguales a las moléculas naturales, pero resultan tan similares, que cumplen las mismas funciones.
¿Cómo se hace el tratamiento para arrugas con veneno de serpiente?
Las formas más comunes de presentación de los productos que contienen análogos del veneno de serpiente para las arrugas son las cremas y los sueros. Ambos se colocan directamente sobre la piel.
El uso debería ser diario, con una aplicación por jornada. De todos modos, los efectos no se notarán de inmediato. Se estima que deben pasar tres meses para que los beneficios se hagan evidentes.
También hay que considerar que no todas las cremas comerciales tienen la misma concentración de ingredientes activos. Por ende, no se pueden generalizar los resultados. Sobre todo, asumiendo que los diferentes tipos de piel reaccionan de modo diverso y no todas las arrugas responden a la misma causa.
La mayor ventaja de estas cremas y sueros es su aplicación local. A diferencia del bótox y de otros abordajes antienvejecimiento, que requieren inyecciones, no hay procedimientos invasivos ni se deben planificar sesiones en un consultorio. Por otro lado, los reportes de algunas usuarias especifican que el veneno de serpiente para las arrugas quita menos la capacidad de expresión facial que el bótox.
¿Puedo usar la crema con veneno de serpiente para mis arrugas?
Si bien los derivados y análogos del veneno de serpiente surgen como alternativas interesantes para tratar las arrugas, hay que comprender que la investigación sobre sus efectos sigue en curso. Algunas personas refieren mejoras en la apariencia de su piel después de usar los productos, pero no todos los resultados son consistentes.
Lo que sí vale resaltar es la cualidad tópica de la crema. Al no tener que inyectarse, las posibilidades de reacciones adversas son mucho menores. Y, por supuesto, es más fácil la aplicación.
Recuerda que la clave para mantener una piel saludable no radica solo en los productos y tratamientos que elegimos, sino en la combinación de factores que hacen al estilo de vida. El proceso de envejecimiento es natural. Cuida tu alimentación y tu exposición al sol, primero. Luego, si quieres incursionar en productos cosméticos de vanguardia, consulta a un dermatólogo.
Con información de 800 Noticias
