Lo de los animales fingiendo su muerte es similar a lo que ocurre con los futbolistas fingiendo una caída o una lesión. Una forma de ganar tiempo frente al adversario. Es algo bastante común en muchísimas especies de animales. Sin embargo, no todos lo hacen de la misma forma. Lo más normal suele ser mantenerse inmóviles el tiempo suficiente para que sus oponentes piensen que ya no hay peligro. Pero siempre se puede adornar un poquito más la situación, poniendo efectos especiales, como un poquito de sangre, mal olor o defecarse encima. No es una exageración, pues hay algunas serpientes que lo hacen.
Lo ha observado recientemente un equipo de científicos de la Universidad de Belgrado en dos especies de serpientes: Natrix tessellata y Heterodon platirhinos. Ambas añaden a la inmovilidad algunos efectos especiales que, según estos investigadores, les confieren una ventaja mayor frente al enemigo.
Si los futbolistas pudieran sacarse una bolsita de kétchup del calcetín, puede que también lo hicieran. No nos extrañe que, ya que las serpientes tienen este don, lo aprovechen todo lo posible.
Para la realización de su estudio, estos científicos asustaron a 263 serpientes de la especie N. tessellata, agarrándolas fuertemente por su parte media, de manera que se sintiesen atacadas. Todas se hicieron las muertas, como cabía esperar, pero algunas añadieron más drama a la situación. Aproximadamente la mitad defecaron, como si hubiesen perdido el control de sus esfínteres. Pero, además, 28 de ellas sangraron por la boca, a través de un proceso controlado, conocido como autohemorragia.
Con información de Hipertextual