La mejor rutina de «skincare» para piel grasa en 10 pasos

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Foto: Archivo

El cuidado de la piel grasa tiene como objetivo principal eliminar los residuos de sebo que pueden hacer que el cutis luzca brillante, sucio y con los poros obstruidos o dilatados. Este enfoque engloba una serie de pasos que van desde la limpieza diaria hasta la hidratación y la selección adecuada de productos para satisfacer sus necesidades específicas.

Es esencial comprender que no se trata de eliminar completamente los aceites naturales de la piel, ya que estos desempeñan un papel crucial en la preservación de la barrera cutánea, la prevención de la pérdida de humedad y la protección antimicrobiana y antioxidante. Por lo tanto, el objetivo es equilibrar su producción.

Dicho esto, es importante determinar la frecuencia de lavado, los ingredientes beneficiosos, los productos a evitar y cómo complementar la rutina diaria para lograr una tez suave, luminosa e hidratada. A continuación, presentamos 10 pasos fundamentales que deben formar parte de tu rutina de cuidado de la piel.

  1. Realizar una limpieza adecuada

La limpieza diaria es crucial en el cuidado de la piel grasa. Dada la naturaleza de este tipo de piel, es recomendable hacerlo por la mañana, por la noche y después de hacer ejercicio para eliminar los restos de aceites e impurezas que se acumulan durante el día y la noche.

Al elegir un limpiador facial, es importante optar por opciones suaves, espumosas y con ingredientes que ayuden a regular la producción de sebo. Algunos ejemplos incluyen el hamamelis, la niacinamida, el agua micelar y el ácido salicílico, entre otros.

Es fundamental evitar los limpiadores fuertes, ya que pueden empeorar el exceso de sebo, así como los productos comedogénicos. Se recomienda utilizar geles o lociones sin alcohol y evitar frotar la cara durante el lavado.

  1. Utilizar un tónico

Después de la limpieza, es beneficioso utilizar un tónico facial para contraer los poros y proporcionar una limpieza adicional. Los tónicos faciales también ayudan a regular el pH de la piel, reducir la inflamación y prepararla para absorber mejor otros productos para el cuidado de la piel.

Es recomendable elegir tónicos que contengan ingredientes como la sábila, la menta, el hamamelis y los ácidos láctico, glicólico o salicílico.

  1. Aplicar sueros

Los sueros faciales, aunque no son obligatorios, son recomendables en la rutina de cuidado de la piel grasa. Estas fórmulas ligeras y de rápida absorción ayudan a regular la hidratación y proteger la barrera cutánea, al tiempo que refrescan la piel y controlan el exceso de grasa.

Es importante elegir sueros diseñados específicamente para pieles grasas, que puedan contener ingredientes como el aceite de árbol de té, la niacinamida, el retinol y otros componentes que ayuden a prevenir los brotes de acné.

  1. Tratar las zonas problemáticas

Además de controlar el brillo de la piel, el exceso de grasa puede causar problemas como el acné. Es recomendable agregar tratamientos específicos a la rutina de cuidado de la piel para abordar estas preocupaciones.

Los productos con peróxido de benzoilo, ácido salicílico y azufre suelen ser efectivos para tratar el acné. Sin embargo, es importante hacer una prueba de parche para evitar posibles irritaciones.

En caso de dificultades para tratar el acné, se recomienda consultar a un dermatólogo para explorar otras opciones terapéuticas, que pueden incluir mascarillas, medicamentos o procedimientos estéticos.

  1. No descuidar la hidratación

A pesar de la creencia popular, la piel grasa también necesita hidratación diaria para mantenerse saludable. Es importante elegir productos que no obstruyan los poros y que proporcionen hidratación sin agregar grasa adicional.

Se recomienda utilizar geles, cremas a base de agua, sueros y emulsiones sin grasa, con ingredientes como el ácido hialurónico, el té verde y el ácido salicílico.

  1. Usar protector solar

El protector solar es un paso indispensable en la rutina de cuidado de la piel, incluso para pieles grasas. Es importante elegir una fórmula ligera y libre de aceites que proteja la piel contra los rayos UV sin obstruir los poros ni empeorar el problema de la grasa.

Se recomienda utilizar un protector solar con un SPF de al menos 30, que contenga óxido de zinc y dióxido de titanio, y evitar los productos con aceites o fragancias.

  1. Exfoliar regularmente

La exfoliación regular es importante para eliminar las células muertas de la piel y desobstruir los poros. Sin embargo, es importante no excederse en la exfoliación, ya que puede causar irritación y otros problemas.

Se recomienda utilizar exfoliantes en gel con ingredientes como el ácido salicílico, los alfa hidroxiácidos y las enzimas, y limitar su uso a dos veces por semana.

  1. Optar por maquillaje sin aceite

El maquillaje oil-free es una buena opción para pieles grasas, ya que no agrega grasa adicional y ayuda a controlar el brillo. Es importante elegir productos ligeros y libres de aceites para evitar obstruir los poros y empeorar el problema de la grasa.

Se recomienda aplicar el maquillaje con brochas o esponjas en lugar de los dedos para evitar la propagación de bacterias.

  1. Desmaquillarse cada noche

El desmaquillado es esencial para eliminar los residuos de maquillaje y cosméticos que pueden obstruir los poros y causar problemas en la piel. Es importante utilizar un desmaquillante suave y seguir con una limpieza adecuada para asegurar una piel limpia y saludable.

Se recomienda utilizar agua micelar u otros desmaquillantes suaves para eliminar los residuos de maquillaje de manera efectiva.

  1. Probar mascarillas para pieles grasas

Las mascarillas faciales son una excelente manera de proporcionar un tratamiento adicional a la piel grasa. Se pueden utilizar una o dos veces por semana para absorber el exceso de grasa y proporcionar nutrientes adicionales a la piel.

Es importante elegir mascarillas que contengan ingredientes naturales y beneficiosos para la piel, como el yogur, la miel, el carbón activado y el aloe vera.

En resumen, cuidar la piel grasa requiere una rutina específica que incluya pasos como la limpieza adecuada, el uso de tónicos, sueros y tratamientos específicos, así como la hidratación y la protección solar. Evitar ciertos hábitos y productos también es importante para mantener la piel saludable y equilibrada. Siempre es recomendable consultar a un dermatólogo para obtener recomendaciones personalizadas según las necesidades individuales de la piel.

Con información de Mejor con Salud