Las desconocidas propiedades medicinales de cebolla

0
Foto: Archivo

La cebolla es uno de los alimentos que no pueden hacer falta en la cocina, sus sabor como sazonador se utiliza en prácticamente todo el mundo y no solo eso, su consumo puede resultar benéfico para la salud de acuerdo con la organización sin fines de lucro y especializado en salud Mayo Clinic, así como el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España.

Su nombre científico es Allium cepa o Allium ascalonicum y forma parte de la familia de las Liliáceas, la misma a la que pertenecen el ajo y el puerro, otros dos sazonadores clásicos de la gastronomía.

Muchos creen que la cebolla es una raíz, pero no, es más bien un engrosamiento subterráneo del tallo de la planta. La verdadera raíz está formada por los filamentos que nacen en la parte inferior de la cebolla.

El origen de la cebolla no está muy claro, se cree que procede de Asia, ya que hay evidencias de su cultivo desde hace 3200 A.C. Aunque también se han encontrado vestigios de esta verdura en el antiguo Egipto. Su uso se extendió por toda Europa y llegó a América de la mano de los primeros conquistadores.

Propiedades de la cebolla

Entre la larga lista de nutrientes que contienen la cebolla, destaca su importante presencia de fibra, así como su contenido en minerales y vitaminas.

Este alimento tiene en su interior una buena cantidad de potasio, motivo por el cual la cebolla puede ser un buen auxiliar en los casos de hipertensión y otras enfermedades cardiacas.

También tiene buenas cantidades de calcio, lo que ayuda a desarrollar y mantener los huesos fuertes -incluidos los dientes-, al igual que mejora el funcionamiento de corazón, músculos y nervios; e incluso se le atribuyen protección contra el cáncer, la diabetes y la presión arterial alta.

Otra de las propiedades de la cebolla es el hierro, el cual es necesario para el crecimiento y desarrollo del cuerpo.

Las cebollas también son son ricas en flavonoides y en compuestos azufrados, responsables de su aroma y de su color rosado o violáceo que aparecen en determinadas variedades.

Los flavonoides presentes en esta verdura también ayudan en la reducción de la presión arterial y se le atribuyen propiedades antiagregantes plaquetarias, es decir, que impiden la formación de trombos.

Uno de estos compuestos es la quercetina, la cual tiene una importante función antioxidante, es decir, que es capaz de retardar o prevenir la oxidación de otras moléculas lo que previene enfermedades cardiovasculares y el envejecimiento.

En el caso de la cebolla, cuando se consume, la es fácilmente absorbida por el organismo, incluso, cuatro veces mayor que con otros alimentos que contienen el mismo componente, como lo es la manzana o el té, lo que ayuda a alcanzar los niveles de antioxidantes necesarios.

Algunos estudios señalan que los compuestos sulfurados que contiene la cebolla ejercen un efecto protector en el inicio de la carcinogénesis, es decir, en el proceso por el cual las células normales se transforman en cancerosas, sobre todo en cáncer de estómago y esófago.

Además, la cebolla cruda ejerce un potente efecto antifúngico, es decir, que combate las infecciones causadas por hongo, y antibacteriano, que ayuda contra las infecciones causadas por bacterias.

Con información de Infobae