Lisboa inauguró este martes su primer ferry eléctrico, de una futura flota de diez unidades construida por la asturiana Astilleros Gondán que conectará las dos orillas del río Tajo y con la que espera evitar 13.000 toneladas de CO2.
El navío ‘Cegonha Branca’ (Cigüeña Blanca), operado por la empresa Transtejo Soflusa (TTSL), realizó su primer viaje entre el terminal de Seixal, en la orilla sur del Tajo, y el de Cais do Sodré, en Lisboa, con la presencia del primer ministro, António Costa.
Es el primero de una flota de diez con la que la empresa prevé evitar el consumo de más de cinco millones de litros de gasóleo y más de 13.000 toneladas de CO2.
Otros siete serán entregados en 2024 y los dos últimos llegarán al Tajo ya en 2025.
En un momento en el que los negocios del litio están bajo sospecha en Portugal, en un caso de irregularidades que llevó a dimitir a Costa tras saberse investigado, el todavía primer ministro no dudó en destacar el potencial que esta industria y las baterías tienen para el país.
«Tenemos una de las mayores reservas europeas de litio y este es un gran recurso natural que va seguramente a dar valor a la economía del país», señaló.
El jefe del Gobierno señaló que, en la transición energética, Portugal puede contar no sólo con el sol, el viento y el poder hidráulico sino también con este mineral, «absolutamente crucial para la electrificación, desde las baterías de los móviles hasta la de los coches».
La renovación de la flota de Transtejo estuvo envuelta en polémica, ya que el contrato firmado con Astilleros Gondán por 52,4 millones de euros preveía que sólo uno de los diez navíos comprados, precisamente el ‘Cegonha Branca’, tenía incluida la batería.
Las baterías de los otros nueve navíos fueron compradas en un contrato aparte, por 15,5 millones.
El Tribunal de Cuentas denunció irregularidades en este contrato y la administración de la empresa presentó su dimisión.
Con información de EFE