Los agricultores indios contienen su frustración tras la muerte de un joven manifestante

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Foto: Archivo

Los agricultores de la India, que protestan desde hace más de una semana, para asegurar un precio mínimo para sus cosechas, contuvieron este jueves su frustración tras los enfrentamientos del pasado miércoles, que dejaron al menos un muerto y varios heridos de gravedad.

«Hoy la situación está más tranquila, ayer murió un manifestante en Khanauri», explicó a EFE Guvinder Singh desde la frontera de Shambhu, que es poco más que un tramo de autopista elevado que sortea un contaminado río entre los estados de Punjab y Haryana.

Con la mirada puesta en los miembros de las fuerzas de seguridad, detenidos a decenas de metros por espesas barricadas de hormigón, un manifestante apenas acaba de enterarse de la tragedia y lo procesa con asombro. Con las redes móviles bloqueadas, se justificó, las noticias casi no llegan.

Shubh Karan Singh, de 23 años, murió ayer en medio de caóticos enfrentamientos y gases lacrimógenos en Khanauri, a un centenar de kilómetros al sur de Shambhu. Se trata de dos puntos de contención que miles de campesinos punjabíes tratan de cruzar en su avance hacia Nueva Delhi, desde el pasado 13 de febrero, al frente de una kilométrica fila de tractores.

Sentados frente a la morgue del hospital Rajindra de la ciudad punjabí de Patiala, a medio camino de ambos puntos fronterizos, dos jóvenes vecinos de Singh (que pidieron el anonimato) afirmaron a EFE que esperarían a que llegasen los familiares del fallecido para trasladar el cuerpo al distrito de Bathinda.

Jagbir, uno de los varios heridos de gravedad ayer en Khanauri que fueron trasladados a este mismo hospital, lamentó a EFE la violencia empleada por las fuerzas de seguridad.

«Nosotros solo queríamos ir a Nueva Delhi pacíficamente», dijo, con el ojo izquierdo gravemente hinchado por el impacto de un perdigón, antes de mostrar otras heridas en el torso causadas por estos mismos proyectiles.

La Policía de Haryana, tras negar en la red social X el fallecimiento de algún agricultor en las protestas, aseguró que una docena de agentes resultaron gravemente heridos por los ataques de los manifestantes.

En una de las camas contiguas de la sala de emergencias, Baljeet, de 24 años y con el torso cubierto de gasas, aseguró a EFE que se encontraba repartiendo comida y apartado de la primera línea de los choques cuando recibió el impacto de varios perdigones.

«Cruzaron la frontera de Haryana y se pusieron a disparar», dijo.

¿Alguna vez pensó, al unirse a unas protestas de agricultores que se reivindican pacíficas, que acabaría tendido en el hospital? La pregunta quedó sin respuesta ante la llegada de la madre del joven, deshecha en lágrimas. «Todo va bien», aseguró Baljeet al retirar el turbante que portaba, mostrando que las heridas se limitaban al torso.

«Delhi es nuestra capital, estamos en nuestro derecho de ir, así que ¿por qué nos detienen? Han convertido la frontera de Punjab en la de Pakistán», lamentó Darshan Singh, desde la frontera de Shambhu.

Los líderes campesinos anunciaron ayer que detendrían sus intentos de romper las barricadas policiales al menos hasta el sábado, mientras evalúan la situación y se reúnen con representantes del Gobierno indio para hacer oír sus demandas.

En el corazón de la marcha a Nueva Delhi, centro del poder del gigante asiático, está la petición de implementar por ley unos precios mínimos a 23 cultivos en todo el país.

«Los campesinos se están suicidando, el número de los que continúan con la agricultura se reduce cada día y la inflación se ha duplicado, por eso necesitamos un precio mínimo de apoyo», explicó a EFE Kuldeep Singh, uno de los manifestantes.

Se trata de una especie de «colchón», dijo a EFE la profesora especializada en economía agraria de la Universidad Jawaharlal Nehru (JNU) de Nueva Delhi Seema Bathla, un mecanismo de seguridad que permite a los agricultores no incurrir en pérdidas insuperables.

«Los precios mínimos de apoyo no resolverán sus problemas», advirtió Bathla.

El campo indio, que según el censo de 2011 daba empleo a 481 de los 1.210 millones de habitantes del país asiático a pesar de contribuir únicamente un 18 % del producto interior bruto (PIB), necesita diversificar sus cultivos y el Gobierno debería impulsar una necesaria industrialización para absorber aquellos que abandonan la agricultura, dijo.

Muchos de estos campesinos de Punjab, una región conocida como el ‘granero de la India’, ya participaron entre 2020 y 2021 en las sentadas que rodearon durante casi 15 meses Nueva Delhi para exigir la retirada de una reforma agraria gubernamental.

El Ejecutivo del primer ministro indio, Narendra Modi, se vio obligado entonces a dar marcha atrás.

Ahora con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, previstas entre abril y mayo, los agricultores esperan que sus peticiones lleguen a la capital.

Con información de EFE