En Navidad es común recibir obsequios acompañados de chocolates, una dulce dañina para los amigos peludos. Un estudio publicado en Wiley Online Library ha revelado que la intoxicación por chocolate en perros presenta un pronóstico favorable después de un tratamiento adecuado, con una tasa de mortalidad inferior al 3%. La investigación, que examinó 156 casos de canes después de haber ingerido el alimento, destacó que la clínica veterinaria y tratamientos de emergencia son clave en la recuperación de los animales.
La ingesta de chocolate en perros puede provocar signos clínicos de intoxicación. Los más frecuentes son la agitación, el temblor y los vómitos. Del total de casos estudiados, 44 presentaron síntomas, y de estos, la mayoría (28 perros) había ingerido chocolate amargo. Los hallazgos en exámenes clínicos y patológicos mostraron taquicardia sinusal, hiperlactatemia y alteraciones en los niveles de glucosa y potasio.
Con estos hallazgos, los veterinarios recomiendan mantener cualquier alimento perjudicial, como chocolates o huesos de aves, lejos de las mascotas y conservar los regalos posiblemente dañinos en lugares seguros hasta su apertura. La clave es procurar una alimentación adecuada y conservar las rutinas habituales para evitar problemas digestivos y de comportamiento vinculados al estrés en animales domésticos.
Otro factor de riesgo es la dieta que incluye sobras de comida preparada para consumo humano. Una proporción energética del 60% o más en forma de grasa en la alimentación de perros incrementa el riesgo de desarrollar pancreatitis, una enfermedad que inflama el páncreas, según un estudio publicado en el sitio ResearchGate.
Las investigaciones sugieren que limitar la ingesta de grasas y evitar una alimentación con sobras de comida podría prevenir la hiperestimulación del páncreas en los perros, una de las causas sospechadas en la activación prematura de enzimas digestivas que conduce a daños en las células.
A su vez, la obesidad ha sido identificada como un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad. El tipo de grasa y la respuesta a distintas dosis todavía son incógnitas pendientes de esclarecer en futuras investigaciones. Se ha observado que seguir una alimentación pobre en proteínas puede generar daños visibles en el páncreas de perros sanos.
Con información de Infobae