Qué es el “envejecimiento activo” y cómo puede proteger la salud cerebral

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Foto: Archivo

Un reciente estudio liderado por el Programa Prioritario de Investigación Universitaria sobre Dinámica del Envejecimiento Saludable y el Centro de Longevidad Saludable de la Universidad de Zurich (UZH) ha arrojado luz sobre la conexión entre el ejercicio físico, la actividad social y la salud cerebral en adultos mayores.

La investigación, supervisada por el profesor emérito Lutz Jäncke y la codirectora Susan Mérillat, se basó en datos recopilados durante un extenso estudio longitudinal sobre el desarrollo del cerebro y el comportamiento en la vejez, iniciado hace 12 años.

Los resultados revelan que las personas que participaron activamente en actividades físicas y sociales al comienzo del estudio experimentaron una disminución significativamente menor en el grosor de la corteza entorrinal, una región cerebral vital para el aprendizaje y la memoria. Esta área del cerebro es conocida por ser afectada en las primeras etapas del desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

El neuropsicólogo Jäncke destacó la importancia de estos hallazgos: “Nuestros resultados indican que el grosor de la corteza entorrinal disminuyó menos en aquellos que eran más activos física y socialmente durante el período de siete años del estudio”.

Además, se observó una estrecha relación entre el grosor de esta región cerebral y el rendimiento de la memoria, sugiriendo que estas actividades podrían tener un impacto preventivo en la neurodegeneración asociada al envejecimiento.

El ejercicio es clave para el antienvejecimiento

El estudio también respalda la noción de que el cerebro puede entrenarse a lo largo de la vida, similar a un músculo, para contrarrestar el deterioro relacionado con la edad. Isabel Hotz, una de las autoras principales, destacó la importancia de mantener una “reserva cognitiva”, y señaló que un mayor rendimiento de la memoria al inicio del estudio se asoció con una disminución menor a lo largo del mismo.

En resumen, la conclusión del estudio subraya la relevancia de la actividad física y la vida social activa en la preservación de la salud cerebral en la vejez. Jäncke afirmó: “El ejercicio físico y una vida social activa con amigos y familiares son importantes para la salud del cerebro y pueden prevenir la neurodegeneración en la vejez”. Estos resultados respaldan la idea de que el cerebro puede beneficiarse de una vida activa en todas sus dimensiones.

En Suiza, parece que esta filosofía de vida ya está arraigada en la población mayor. Según la Encuesta de Salud Suiza realizada por la Oficina Federal de Estadística en 2022, aproximadamente el 75% de las personas mayores de 65 años cumplen con la cantidad recomendada de ejercicio físico en su vida diaria.

Estos descubrimientos no solo ofrecen valiosa información para la salud cerebral en la vejez, sino que también refuerzan la importancia de fomentar estilos de vida activos y socialmente enriquecedores para todas las edades. El mensaje es claro: mantenerse activo física, mental y socialmente puede ser la clave para preservar la agudeza mental a medida que envejecemos.

Con información de La Opinión