Los riesgos de tener una “novia virtual”

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Foto: Archivo

Hace no demasiado tiempo, películas como Her o la más contundente Robot de compañía ya lo mostraron en el cine: personas enamoradas de inteligencias artificiales. En el caso de la cinta protagonizada por Joaquin Phoenix, sin necesidad de un cuerpo físico, aunque este fuese artificial.

Las supuestas ventajas de este tipo de parejas parecen infinitas. Para empezar, su apariencia (aunque virtual, al menos por ahora), puede elegirse hasta el más mínimo detalle: pelo, constitución, color de piel… Y algo similar sucede con la personalidad. Si existen chatbots que incluso reflejan personajes históricos o psicólogos, ¿por qué no la chica o el chico de tus sueños?

Por supuesto, estas herramientas, si así se las quiere llamar, estarían pensadas principalmente para el disfrute del usuario, por lo que cabe suponer que si uno lo desea, las peleas conyugales, los enfrentamientos, infidelidades y demás quedarían fuera de la ecuación, si se elige así.

Esta posibilidad, en realidad, ya existe. Hay chatbots e inteligencias artificiales como Replika pensadas para ofrecer “novias virtuales”, con resultados un tanto desiguales. Pero la gran pregunta es, si en solo unos meses la IA parece haber crecido tanto, ¿qué sucederá a lo largo de 2024? ¿Y en el futuro? ¿Llegarán las novias virtuales a afectar a las relaciones tradicionales?

Los peligros de enamorarse de un chatbot

Con todo, existen inconvenientes de las supuestas novias virtuales y de enamorarse de un chatbot, que van incluso más allá de la más evidente de todas: la falta de contacto físico.

Lo más obvio, en estos casos, es la falta de complicidad. Por mucho que puedas construir una pareja virtual a tu gusto, esta podría ser capaz de simular una empatía, pero difícilmente (al menos, por ahora) esta emulación podría ser convincente pasado un tiempo. Algo que, a la larga, podría llevar a provocar hastío o aburrimiento.

Y algo similar sucede con el crecimiento personal. Aunque los chatbots pueden aprender patrones de conversación, carecen de la capacidad de crecer y cambiar con el tiempo de la misma manera que lo hacen las personas. Las relaciones humanas evolucionan con experiencias compartidas y aprendizaje mutuo, algo que resulta difícil de replicar en una relación con un chatbot.

Por supuesto, no faltaran aquellos para quienes estas pegas no supongan un inconveniente insalvable. Más aún a medida que la IA, la tecnología y las novias virtuales siguen mejorando. Porque si algo parece estar claro, es que lo harán. Así, por mucho que suene a capítulo de Black Mirror, el futuro cercano se presenta fascinante e inquietante a la vez.

Sí, también en el amor.

Con información de ComputerHoy