El mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, destituyó este martes al presidente de la petrolera estatal Petrobras, Jean-Paul Prates, después de meses de roces con algunos ministros del Ejecutivo.
Prates estaba en el cargo desde enero de 2023, cuando fue nominado por el propio Lula, que acababa de asumir la Presidencia de Brasil.
Petrobras confirmó en una nota que Prates pidió al Consejo de Administración, controlado por el Gobierno, que se reúna para «considerar la terminación anticipada de su mandato como presidente» de la mayor empresa de Brasil «de forma negociada».
Prates indicó además que, si es aprobado el fin de su mandato, pretende posteriormente «presentar su renuncia como miembro del Consejo de Administración de Petrobras».
Según la prensa local, Lula ha propuesto como su sustituto a Magda Chambriard, quien fue directora de la Agencia Nacional del Petróleo en el Gobierno de Dilma Rousseff (2011-2016).
Formado en Derecho y Economía y con más de 30 años de experiencia en el sector petrolero, Prates dejó su escaño en el Senado para liderar Petrobras, controlada por el Estado brasileño, pero con acciones negociadas en las bolsas de São Paulo, Nueva York y Madrid.
Durante su gestión, retomó el carácter estratégico de la petrolera como inductor del crecimiento económico del país, en línea con la visión de Lula, referente del progresismo latinoamericano.
Anunció un ambicioso plan de inversiones de 102.000 millones de dólares (unos 94.300 millones de euros) entre 2024 y 2028, modificó la política de precios y retomó con más énfasis líneas de negocio paralizadas durante la administración de Jair Bolsonaro (2019-2022), como el refino.
En 2023, el beneficio neto de la petrolera se desplomó un 33,8 % frente a 2022, y en el primer trimestre de este año volvió a bajar otro 37,9 % en la comparación con el mismo periodo del año pasado, según los resultados divulgados el lunes.
Fue al final del primer trimestre cuando se desató una crisis interna sobre el reparto de los dividendos extraordinarios correspondientes al ejercicio de 2023.
Esa discusión sobre los dividendos generó serias dudas sobre la continuidad de Prates, tras chocar con algunos ministros del Gobierno de Lula, además de provocar el hundimiento bursátil de la compañía.
Prates era favorable a la distribución, pero el Gobierno era opuesto a la medida.
En medio de esa controversia, Lula dijo en una entrevista al canal de televisión SBT que quería que los beneficios extraordinarios de la petrolera no fueran repartidos sino reinvertidos, porque Petrobras «tiene que pensar en los 200 millones de brasileños que son dueños de la empresa».
Finalmente, el jefe de Estado avaló repartir el 50 % de los dividendos extraordinarios de 2023 entre los accionistas y dio por superada la crisis clasificando la situación de Petrobras de «tranquila».
Sin embargo, este martes Lula decidió cambiar al jefe de Petrobras, en la víspera de viajar al estado de Rio Grande do Sul, devastado por unas graves inundaciones que han dejado 150 fallecidos y 2,1 millones de damnificados en el sur del país.
Con información de EFE