OVP: Traslados penitenciarios son un atentado económico contra familiares de los presos

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Foto: Archivo

El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) reveló que las personas privadas de libertad son recluidas sin considerar la cercanía con sus núcleos familiares y sociales, incluso sin atención a la jurisdicción de su causa, por lo que los familiares deben trasladarse varios kilómetros de distancia con gastos que superan los 80 dólares.

En la presentación del informe El desvío de la justicia: Traslados de las personas privadas de libertad bajo un enfoque de derechos humanos, realizada el 11 de abril, el director del OVP, Humberto Prado, precisó que dicha movilidad de los familiares implica tiempo y un alto costo económico.

Al menos el 75 % de los transportes dedicados para el traslado no se encuentran operativos y son los familiares quienes deben pagar la gasolina, los cauchos y todos lo necesario para que los privados de libertad puedan ser presentados ante un tribunal”, indicó.

Además, mencionó que hay poco personal para llevar a cabo los traslados, lo cual imposibilita el cumplimiento de los estándares de seguridad. De acuerdo con lo recabado por el OVP, las penitenciarías no notifican al familiar, defensor o representante legal del traslado a ejecutar.

Población reclusa en las cárceles de Venezuela 

Humberto Prado señaló que aunque en Venezuela existen 52 centros carcelarios, actualmente 18 establecimientos se encuentran cerrados o desalojados, lo que equivale a la pérdida de 10.008 plazas.

De los 52 centros, 35 están destinados a albergar a la población masculina, una cárcel femenina y 16 anexos femeninos. Prado detalló que a pesar de que la capacidad instalada es de 26.238, la realidad es que realmente solo hay una capacidad de 16.230 plazas.

De acuerdo con los datos del OVP, para el primer trimestre del año 2024 hay al menos 30 mil personas privadas de libertad que sobreviven a un “hacinamiento crítico” del 184,84%, lo cual representa un riesgo según los estándares internacionales.

“Es importante señalar que la cifra de hacinamiento es mayor si se evalúan los centros carcelarios de manera individual, debido a que existen disparidades en la distribución de personas privadas de libertad de acuerdo al número de plazas”, resaltó Prado.

El análisis realizado por el OVP arrojó que mientras algunos centros carcelarios tienen mayor capacidad y menor población, otros pueden estar abarrotados debido a una distribución desigual.

OVP: Los traslados penitenciarios son un atentado económico contra familiares de los privados de libertad

Incuplimiento de separación por categoría

El OVP recordó que en el caso venezolano hay una “distinción exhaustiva” respecto a los diferentes tipos de centros de reclusión. En principio serían retenes policiales, centros para procesados penales (internados judiciales), centros penitenciarios y Entidades de Atención de Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal.

Sin embargo, la organización destaca que esa distribución “representa un mero formalismo”, debido a que el propio colapso del sistema penitenciario imposibilita un registro y distribución conforme a los estándares nacionales e internacionales en la materia.

“El OVP ha podido documentar el incumplimiento en la separación de categorías de acuerdo con el delito cometido, situación jurídica, antecedentes penales, situación de vulnerabilidad y enfoque diferenciado. Esto representa un riesgo a la vida e integridad personal de las personas privadas de libertad, afecta incluso el proceso de reinserción social”, señala el informe.

El 70 % de la población reclusa tiene retardo procesal. 

Humberto Prado mencionó que el 70 % de la población reclusa en el país tiene retardo procesal. Esto debido, entre otras cosas, a que los traslados de los privados de libertad se realizan sin tomar en cuenta la distancia con el tribunal en el que reposa su causa.

De acuerdo con el informe del OVP, en el país hay deficiencias con el transporte, así como escasez de combustible y neumáticos.

Hemos observado un sinnúmero de casos donde la autoridad penitenciaria no presenta el transporte disponible por motivo de fallas o de falta de gasolina, en muchos de los casos, son los familiares de los privados de libertad quienes corren con el gasto”, destacó el observatorio.

Además, se registraron casos donde el centro penitenciario exige a los familiares un pago por el traslado a tribunales.

Rutas de traslados

En el informe, el OVP proporcionó datos sobre los esfuerzos que realizan las familias para trasladarse a los centros penitenciarios desde diferentes estados. Se estudiaron seis rutas con distancias que van desde los 289 kilómetros hasta los 1.574 kilómetros.

-Traslado desde el Internado Judicial Capital El Rodeo, estado Miranda, hasta el Centro Penitenciario de la Región Andina, en el estado Mérida (743 kilómetros): 86 dólares ida y vuelta.

-Traslado hacia el Centro Penitenciario Región Centro Oriental “El Dorado” desde San Felix (289 kilómetros): aproximadamente 82 dólares ida y vuelta con pernocta.

-Traslado desde el Centro Penitenciario Región Centro Oriental “El Dorado”, estado Bolívar, hasta el Centro Penitenciario de la Región Occidental (CPO), estado Táchira (1.574 kilómetros): 182 dólares ida y vuelta.

-Traslado desde el estado Carabobo al CPO (661 kilómetros): 100 dólares ida y vuelta.

-Traslados desde el estado Miranda de familiares de presos del Internado

Judicial del Rodeo I,II y III distribuidos en el estado Táchira, en Santa Ana (865 kilómetros): 114 dólares ida y vuelta.

-Traslado desde el estado Falcón de familiares hacia el Centro de Reclusión para Procesados Judiciales 26 de julio,en el estado Guárico (397 kilómetros): 60 dólares ida y vuelta.

En ningún momento las autoridades se comportan respetando los derechos humanos de los privados de libertad. El Estado debe garantizar los DD HH de los presos, no son un trapo para mover como le plazca”, aseveró Humberto Prado. 

Resaltó que el OVP no defiende el delito del recluso, debido a que eso lo manejan los tribunales, sino los DD HH y las herramientas que el Estado debe garantizar para que el privado de libertad aproveche su tiempo en la cárcel para estudiar o prepararse para la reinserción en la sociedad.

Con información de El Diario