Los empresarios en el estado Táchira hacen esfuerzos por ampliar la distribución de sus productos a escala nacional y recuperar un mercado internacional que se cerró tras el cierre de la frontera con Colombia que se prolongó por siete años.
Aunque hubo apertura fronteriza en 2022, los sectores comercial e industrial del estado Táchira todavía lidian con las consecuencias.
Táchira ha sufrido los embates de una crisis energética que mantiene el funcionamiento de su parque industrial en un 20% de su capacidad instalada, según indica Yionnel Contreras, presidente de la Cámara de Comercio e Industria del estado Táchira (CCIET).
La economía tachirense se ha caracterizado históricamente por su competitividad en la ganadería, agricultura, producción y distribución de hortalizas, así como en la industria manufacturera textil y de plástico
La apertura de la frontera y el trabajo que ha emprendido el sector empresarial para tratar de recuperar espacios en el intercambio comercial con el vecino país; así como la precariedad en los servicios públicos, en especial con los cortes prolongados de electricidad y deficiencias en el suministro de combustibles, son los de los condicionantes actuales en el potencial crecimiento económico de Táchira.
Reapertura de la frontera: recuperación de mercados
La apertura de la frontera colombo-venezolana, una de las más activas en la región, ha significado la recuperación de un mercado que quedó en stand by y que ha costado reanimar, indica Yionnel Contreras, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de la entidad.
“Ese cierre de frontera marcó una diferencia muy grande en la comercialización entre Venezuela y Colombia, porque obviamente, los colombianos buscaron mercados alternativos”, indica el gremialista.
Contreras apunta que durante el cierre hubo crecimiento “a pasos agigantados” de las actividades comerciales e industriales del vecino país, “sin necesidad de contar con el intercambio que se daba en la frontera colombo-venezolana”.
“Ellos tienen otros mercados alternativos con los cuales estuvieron negociando desde hace más de siete años en una relación comercial y nos ha costado muchísimo introducir productos en Colombia”, advierte el gremialista ante la evidencia del espacio perdido.
Bajo la perspectiva de Contreras, Venezuela no solo quedó rezagada en esa nueva configuración comercial, sino que también el atraso se vivió en el área de tecnología, metodología y flujos de producción.
“Con siete años con la frontera cerrada perdimos avances en tecnología. Hay que recordar que la conectividad es lo que hace que se desarrolle la tecnología”, manifestó.
El intercambio comercial entre Venezuela y Colombia, según cifras de la Cámara de Integración Económica Venezolano Colombiana (Cavecol) publicadas por la agencia EFE en enero de 2024, alcanzó los 641,8 millones de dólares entre enero y octubre de 2023.
Esto significó un incremento del 8% en comparación con el mismo período de 2022, cuando el intercambio comercial fue de 593 millones de dólares.
La institución afirma que, del total, el 49,5 % se concretó por la frontera entre Zulia (Venezuela) y La Guajira (Colombia), y un 19,2 % por Táchira y el departamento colombiano Norte de Santander.
Se trata de un total de 119 millones de dólares, según informó a Banca y Negocios el economista Aldo Contreras, académico y expresidente del Colegio de Economistas de Táchira.
Aldo Contreras explicó que esos 119 millones de dólares representan solo las transacciones legalmente realizadas, ya que, aunque ha habido visos de recuperación, se trata de una economía que se desarrolla mayormente de forma “subterránea”; es decir que prevalece lo informal en cuanto al intercambio de mercancías, que “de algún modo, que pasan de forma ilegal en Colombia”, explica.
Productos colombianos son más baratos
Otro aspecto que destacó es la diferencia de precios que existen entre los productos que se comercializan a través de la frontera entre Táchira y el Norte de Santander, en Colombia, muchos de ellos con un ingreso informal al mercado.
Contreras dijo que se trata de una “cantidad importante” de víveres de origen colombiano, cuyos precios son entre 30% y 40% más económicos que los productos venezolanos, como las harinas de maíz precocidas, arroces, y pastas alimenticias, entre otros.
Los productos relacionados con el cuidado del hogar como cloro, detergentes, jabón para lavar ropa son entre 50% y 60% más baratos que los de producción venezolana.
En Táchira manda el peso colombiano
El 66% de las transacciones en Táchira se ejecutan en pesos colombianos. “Es común recibir salarios en esta divisa. Un salario mínimo oscila entre los 600.000 y 800.000 pesos colombianos. Unos 150 o 200 dólares en el sector privado”, asevera el economista Aldo Contreras.
El experto indica que transacciones cotidianas, como pagar un pasaje de autobús, comprar una hamburguesa o frutas, verduras, hortalizas, pan o un café, suelen pagarse en la divisa colombiana.
“Esto también llega como respuesta a los cortes eléctricos que no permiten una conectividad, digamos, más acelerada para hacer uso del bolívar, a través de los sistemas P2P, C2P o puntos de venta. Porque cuando se va la energía eléctrica no hay señal y no hay internet. Por ende, no se puede acceder a ninguno de estos mecanismos o sistemas de pago”, explica.
Industria superviviente
Los cortes de electricidad inciden en todos los aspectos económicos del estado Táchira. En marzo pasado el gobernador de la entidad, Freddy Bernal, reconoció que los apagones se prolongan hasta por 16 horas al día en algunos municipios.
Los cortes por esa cantidad de horas persisten y la producción se ha visto afectada, apunta Yionnel Contreras, presidente de la Cámara de Comercio e Industria, sobre todo en empresas dedicadas al ramo textil y de plástico, así como productos derivados de la ganadería como leche y quesos.
Estas empresas han sufrido complicaciones por las constantes fallas energéticas que ralentizan los procesos de fabricación.
En ese sentido, en marzo pasado, el presidente de la Asociación de Ganaderos del estado Táchira (Asogata), Edgar Medina, indicó ante medios de comunicación que la producción láctea en la entidad estaba en riesgo debido a las fallas eléctricas.
Medina precisó que la producción de lácteos estaba calculada en unos 850.000 litros de leche, una cifra que ascendía en periodo de invierno hasta 1.150.000 litros, aproximadamente.
Yionnel Contreras destaca que los costos de producción en Táchira son más elevados en comparación con Colombia, ya que incluyen, además, la inversión que se hace en gasoil, que es alta, aunque se adquiera a 80 centavos de dólar en el mercado oficial.
Además, con los cortes energéticos han tenido que adaptar los horarios de producción, algo que ha sido cuesta arriba debido a la imposibilidad de obtener cronogramas de racionamiento eléctrico.
“Hemos solicitado recurrentemente a Corpoelec un cronograma de cortes eléctricos para adaptar la producción y los horarios de trabajo y poder trabajar. El gobernador está consciente de la situación, se ha reunido con nosotros en varias oportunidades. y hemos llegado a acuerdos, sobre todo en el suministro de gasoil», dice el representante del gremio industrial tachirense.
Pero, mientras los acuerdos se concretan, el economista Aldo Contreras indica que las seis zonas industriales de la entidad están en baja operatividad, sobre todo las situadas en La Fría y Ureña, municipios de frontera “que atraviesan por largas horas de cortes eléctricos, lo que no ha permitido el desarrollo económico”, apuntó.
Ganaderia y agricultura a flote
La ganadería y la agricultura, sobre todo con la distribución de hortalizas, se mantienen a flote en el estado Táchira.
Yionnel Contreras, de la Cámara de Comercio, destacó que esta región es el tercer estado productor de ganado bovino del país, con capacidad para surtir el mercado local y parte del mercado nacional, así como también el primer estado productor de quesos y distribuidor de frutas y hortalizas en el país, así como el segundo en producción de leche.
La entidad produce más del 60% de las frutas, verduras, hortalizas y legumbres en el país y algunos de estos rubros son de carácter exportable a las islas del Caribe como Aruba, Bonaire, Curazao, Trinidad y Tobago, apunta el economista Aldo Contreras.
En marzo pasado, el presidente de la Asociación de Ganaderos del Táchira (Asogata) Edgar Medina, precisó que en la entidad se sacrifican, en promedio, 19.000 reses mensuales en los siete mataderos industriales.
“Esa cantidad es superior a las 16.000 reses que se sacrificaban al mes hace un año, que era 16.500 animales”, destacó Medina en declaraciones al medio local La Nación.
Con información de Banca y Negocios