El lumbago crónico es un problema muy común que afecta al 80 por ciento de los adultos en algún momento de sus vidas. El dolor de espalda es una de las razones más frecuentes por las cuales las personas buscan atención médica.
Es importante recordar que el lumbago es un síntoma. Las causas comunes de lumbago incluyen problemas nerviosos y musculares, enfermedad degenerativa del disco y artritis. Sin embargo, en ocasiones el dolor no proviene de la espalda la causa puede estar en otros órganos y reflejarse el dolor en la espalda. Otras afecciones médicas, como apendicitis, enfermedades renales, infecciones pélvicas y trastornos ováricos, entre otros, pueden causar dolor lumbar.
Remedios
Frío
Como analgésico, el frio funciona muy bien. Bloquea temporalmente las señales de dolor y ayuda a reducir la hinchazón. Varias veces al día, coloca una bolsa de hielo envuelta en una toalla en el área dolorida durante 20 minutos. El frío local es más útil los primeros días o tras traumatismos.
Otra alternativa es utilizar una bolsa de guisantes congelados o maíz. Durante los primeros días de tratamiento, aplica la bolsa de hielo con la frecuencia que sea necesaria. El frío es útil después del ejercicio o actividades físicas.
Evitar en casos de sensibilidad extrema al frío, problemas circulatorios o piel lesionada. No aplicar directamente sobre la piel sin protección.
Calor
Pasadas 48 horas, cambie el frío por el calor para estimular el flujo de sangre y reducir los espasmos dolorosos.
Moja una toalla en agua muy caliente, escúrrela y luego dóblala. Acuéstate sobre la espalda pon almohadas debajo de las rodillas. Coloca la toalla sobre el área dolorida.
Una manta o almohadilla térmica también puede producir alivio y reducir el espasmo muscular. Úsala 20 minutos. Puede repetir esto tres o cuatro veces al día durante varios días.
No utilizar calor directo en áreas con pérdida de sensibilidad. Evitar el uso prolongado de almohadillas térmicas para prevenir quemaduras en la piel, dolor de espalda. manta electrica
Postura
Busca las posturas más cómodas que generen poca tensión en la espalda. Para hacerlo, ponte de pie con tu peso uniformemente equilibrado sobre ambos pies. Evita posturas forzadas, sobre todo aquellas que te obligan a inclinarte hacia delante.
Ahora estira la espalda, concéntrate en el área del dolor. Primero, fíjate en el área cerca de la cintura, luego en el área del torso y finalmente en el cuello y hombros. Intenta sentir qué posición es menos estresante y más cómoda. Esta es la posición que debes mantener cuando estás de pie, caminando y comenzando o terminando cualquier ejercicio.
Personas con condiciones espinales preexistentes deben consultar a un profesional antes de realizar cambios posturales significativos.
Estiramiento
Cada mañana, antes de levantarte, acuéstate boca arriba y estira lentamente los brazos por encima de la cabeza. Tira suavemente las rodillas hacia su pecho, repite este estiramiento 10 veces. .
Para levantarte, acércate hasta el borde de la cama, gírate de costado, coloca las rodillas sobre el borde y usa un brazo para levantarse mientras deja que tus pies se balanceen hacia el suelo. De esta forma podrás levantarte de la cama sin que tu espalda sufra.
Una vez que estés de pie, ponga las manos en los glúteos y muévete hacia atrás muy lentamente para estirar la columna.
Realizar los estiramientos de forma suave para evitar lesiones.
Con información de Infoespalda