El perito inmobiliario fue honesto con Adelaida Bracho. Su apartamento, ubicado en Naguanagua, tiene un valor aproximado de 30 mil dólares, pero nadie pagaría más de 18 mil. Ella sintió que perdería dinero en la negociación de la que era su segunda propiedad, pero accedió porque no podía esperar más para pagar un tratamiento médico.
Por tres meses lo había puesto a la venta en 25 mil y nadie se mostró interesado, hasta que dejó todo en manos de una empresa que en menos de 30 días concretó la venta, pero por menos de lo que inicialmente esperaba recibir.
Este no es un caso aislado. Es algo que ocurre desde hace más de ocho años como consecuencia del desequilibrio del mercado nacional. Es una crisis se mantiene y las propiedades residenciales se venden muy por debajo del precio real, por lo que se apuesta por la remodelación y adecuación de las mismas para que sus costos se nivelen.
Así lo informó el presidente de la Cámara Inmobiliaria en Carabobo, Pablo Acosta, al resaltar que aún existe una diferencia marcada entre el precio de venta y el real. “Lo que queremos acercar a la realidad el precio de los inmuebles del mercado secundario, lo que nos ayudaría a poder iniciarnos en el sector primario”.
Pero en el caso de Adelaida, ella no podía remodelar ni actualizar su apartamento. No contaba con los recursos ni el tiempo para hacerlo.
Otro de los retos a los que se enfrenta el sector inmobiliario en el 2024 tiene que ver mecanismos jurídicos que complican la actividad. “Tenemos que proteger el patrimonio de nuestros inversionistas que aspiran alquilar, debido a la fuerte salida del mercado de este sector por la puntual y urgente reforma de la Ley de Arrendamiento de Viviendas que tanto afecta a los alquileres”.
También piden que se modifique el proceso de venta de propiedades de los extranjeros en Venezuela. “Se necesita con urgencia agilizarlo ya que se tiene que viajar a la capital para realizar dicho trámite, que puede durar algunos meses”.
El problema de los servicios
Para lograr nivelar los precios de los inmuebles, se requiere que los servicios públicos sean óptimos. El conjunto residencial donde tenía el apartamento Adelaida no contaba con pozo de agua ni planta eléctrica, lo que le impidió ajustar un poco más la cifra.
“Se debe trabajar más en el mejor suministro de electricidad, agua potable, combustible y todo lo que nos hace más competentes en las ciudades y las urbanizaciones”.
Ya el presidente de la Cámara de la Construcción, Vicente Berzal, había informado que el 2023 fue un año sin avances para el sector, en el que hay empresas que pasaron de construir a vender alimentos o a la agroindustria, y la mayoría sigue operando a muy bajo porcentaje de su capacidad realizando remodelaciones.
Los principales obstáculos enfrentados durante los últimos 12 meses no fueron una novedad ya que se trata del mercado secundario subvalorado, la falta de crédito, y la poca capacidad de del poder adquisitivo de los venezolanos.
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Para la recuperación del sector primario, Acosta insistió en que se establezcan facilidades para la compra de viviendas con créditos, planes e incentivos, además del trabajo conjunto entre las empresas públicas y privadas para la construcción de proyectos residenciales.
“También se requiere la edificación algunos tipos de galpones comerciales para la necesidad actual en el mercado, debido a la fuerte importación, y diferentes tipos de áreas comerciales que sean de mayor facilidad para la comercialización de los productos, e incluso tratar de evitar la construcción de tantas áreas para oficina, como lo hay en la región capital, y desarrollarnos más en los metros de construcción con la real necesidad del mercado”.
Con información de El Carabobeño
