82% de nuevos emprendimientos no se consolidan: una guía para sobrevivir

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Foto: Archivo

Una irreparable pérdida familiar, hace cinco años, fue el comienzo de la periodista María Mercedes Gutiérrez en el camino del emprendimiento. Con la trágica y repentina muerte de su padre le llegó una herencia: una pequeña hacienda para ella y sus hermanos en el sur del Lago de Maracaibo, en el municipio Colón, estado Zulia.

“Desde ese momento me toco tomar el timón del barco, obviamente para mí era todo nuevo y entre llantos, lágrimas diarias y con tristeza mantener esas hectáreas era difícil, todo lo cosechado tuvo un período de ganancias pero luego el agua acabó con lo que quedaba”, relató.

En su panorama estaban dos opciones: vender o seguir adelante como productora agropecuaria. Eligió la segunda opción e hizo par con su hermana Génesis, quién tenía conocimientos agrarios y en la actualidad se encarga “de limpiar la parcela, del veneno, del fertilizante, de las comidas de los tres trabajadores que van. Es una gran ayuda idónea,  pues el rancho que teníamos en condiciones óptimas no los robaron con todo y  enseres”.

María Mercedes ocupa su tiempo entre emprender en el camino agrario, ser periodista, docente e invertir lo que obtiene en su carrera profesional para potenciar su emprendimiento.

El suyo ha sido un camino de aprendizaje. “Si no puedo comprar lo que se necesita resolvemos pero siempre de la mano, el emprender es un negocio que solo da resultado si enfrentas las dificultades con ánimo”, advirtió.

Para ella no ha sido sencillo. “Sin embargo cuando ves el fruto de la yuca, cambur, plátano, el poder tomarte un agua de coco es una bendición,  lo disfrutas y se te olvida cualquier pesar porque lo que recibes lo compartes y por supuesto vendes a un precio justo y equilibrado”, reflexionó.

Según cifras del Ministerio de Finanzas, dadas a conocer a través del programa Emprender Juntos, en Venezuela hay 3.200.000 nuevos negocios registrados en esta plataforma, los cuales tienen dos años para formalizar procesos legales.

Con respecto a estas cifras, el profesor Félix Ríos, fundador de Opción Venezuela, conferencista y tutor de la Red “Emprende” del IESA, desglosó que de los más de 3 millones de venezolanos que están emprendiendo, lo hacen en distintas etapas: 11% con negocios nacientes, 5% en negocios nuevos y 2,5% de lo que sería el negocio establecidos o en parte de estos negocios consolidados.

“Se dice que el venezolano lleva inserto en el ADN ese espíritu emprendedor”, indica Elías Rodríguez, presidente de la Cámara Venezolana de Emprendimiento (Cavempre), quien al hacer esta afirmación toma como base los resultados de distintas encuestas y mediciones realizadas por el Monitor Global de Emprendimiento, cuyos más recientes resultados datan de marzo de 2023 y ubican a Venezuela entre los países más emprendedores del mundo.

De hecho, Félix Ríos, indica que los emprendimientos pueden llegar a convertirse en un motor económico tan potente en el país que podría superar el modelo exportador de petróleo.

Pero, más allá del enunciado de que somos un país emprendedor, ¿Qué hay detrás de un emprendimiento para que pueda ser considerado exitoso? Acá te mostramos algunas claves para entender el proceso bajo la luz de expertos en el área.

Una idea no necesariamente se convierte en negocio

Aunque Venezuela sea uno de los países que más emprende, también es el que tiene una de las tasas más altas de mortalidad de nuevos emprendimientos, una cifra que, según Cavempre, está cerca del 82%.

Al respecto, Elías Rodríguez destaca que es importante distinguir una idea de un negocio potencial.

“No toda idea de negocios es un emprendimiento, tampoco catalogamos todo modelo comercial como emprendimiento. Así también está muy sutilmente plasmado en la Ley de Nuevos Emprendimientos, como un modelo de negocios perfectamente definido, con sus metas a corto, mediano y largo plazo y sobre todo deben tener un elemento diferenciador o un valor agregado que los distinga, que los haga resaltar de lo que existe habitualmente”.

Félix Ríos explica también que las condiciones económicas del país determinan el sentido del emprendimiento y por ende también la probabilidad de que perdure en el tiempo.

“La gente termina emprendiendo no porque identifica necesariamente oportunidades que desean desarrollar al máximo, sino por la propia estructura económica del país”, indicó.

Las motivaciones: un pilar importante

Para el fundador de Opción Venezuela, la motivación de un emprendedor es importante.

“Nos damos cuenta como un altísimo porcentaje de las motivaciones tiene que ver con el hecho de procurar ganarse la vida porque los empleos son muy escasos”, explicó Ríos, quien destacó que se trata de una de las distinciones importantes con respecto al emprendimiento.

Para  este experto marca una diferencia sí el emprendedor empieza un negocio “como un resuelve para decirlo en términos bastante llanos” o si se trata de una persona que busca hacer una diferencia en el mundo con su proyecto.

El conferencista indicó que no solo se trata de generar una iniciativa económica en medio de una  vulnerabilidad “o que no logre ni resolver esos objetivos de la persona que busca llevar el pan a la casa”, sino que también tengan objetivos sociales de crecimiento económico y de y de mejora en todo lo que pueden ser indicadores sociales para el país.

La formalidad: un paso vital

Desde Cavempre, Elías Rodríguez afirmó que establecerse como un emprendedor formal es vital para que el proyecto de negocios se encamine de la forma correcta.

Rodríguez manifestó que en la actualidad la informalidad es un escollo a vencer y una premisa que impulsan desde la Cámara. “Abogamos, impulsamos e, incluso, agremiamos a personas naturales, los orientamos desde el día cero, los apoyamos. Pero para que estén agremiados deben estar constituidos como persona jurídica”.

Explicó que desde el gremio apuntan a que la informalidad establece “un techo muy bajo” para el proyecto o negocio y limita el crecimiento. “La formalidad implica mayores retos y mayores gastos, sí, es verdad. Pero también brinda mayores y mejores oportunidades de crecimiento, desarrollo y escalamiento”, explicó.

Estos requerimientos para convertirse en emprendedores formales son los básicos de cualquier ente mercantil o ente civilmente constituido, dijo Elías Rodríguez, lo cuales dependerán del modelo de negocio.

“La mayoría está constituido bajo la figura de compañías anónimas o sociedades anónimas. Esto es una figura netamente mercantil, pero no es aplicable a todos los modelos de negocios, por lo que es importante destacar que volvemos a lo mismo: si inicias mal y apuntas mal, el resultado no va a ser el esperado”, agregó.

Cuatro pilares para emprender

El gremialista explicó que desde Cavempre han ayudado a disminuir  la alta tasa de mortalidad aplicando cuatro pilares que están enfocados principalmente en el área de información, es decir, que el emprendedor conozca y pueda desarrollar su modelo de productos o servicios de forma exitosa.

Una segunda área es el fortalecimiento gerencial y validar la idea de negocios en el nicho al cual está dirigido; el tercer paso es la formalización que ya esto compete al área burocrática y el cuarto pilar, que es opcional: el financiamiento.

El financiamiento no es el primer pilar, explicó el experto, haciendo énfasis en que se trata de compromisos económicos con modelos de negocios “que no tienen la certeza de que van a tener éxito, no saben si el público al cual está dirigido va a tener la acogida que ellos esperan y muchísimos créditos que deberían ser un apoyo, un refuerzo para ese modelo de negocio terminan siendo cuchillos”, explicó.

Con información de Banca y Negocios