Incendios en cerro El Casupo deterioran su suelo y podrían causar una tragedia como la del Castaño en Aragua

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Foto: Archivo

Para 2022 el gobernador Rafael Lacava prometió transformar a Carabobo en el primer estado verde de Venezuela. Con los recientes incendios forestales de El Casupo y zonas cercanas, la meta se le escapa de las manos. Si hay un color que actualmente define las montañas de la región, ese es el negro.

Ciudadanos apuntan a que estos incendios se deben al calentamiento global como el principal responsable, pero Jacobo Vidarte, director de Protección Civil Carabobo, desestimó esa teoría y alegó que 100 % de los incendios registrados en la ciudad son por intervención del hombre.

Según las estimaciones de la Administración Aeroespacial de Estados Unidos, (NASA, por sus siglas en inglés), para marzo de este año, Venezuela registró 11.000 puntos de incendios de vegetación, la mayor cantidad del continente y la más fuerte en el país desde 2003.

La generación de columnas de humo y hollín de tamaños entre 25 a 700 nanómetros, compuestos de carbono impuro pulverizado de color negruzco, a raíz de los incendios en El Casupo, también han afectado las líneas de alta y media tensión.

“Este es el resultado de combustiones incompletas o pirólisis de materiales incompletos”, explica Vidarte quien reporta que esos residuos además contaminan los ríos del Casupo.

incendio cerro El Café
Hollín del Ceero El Café durante los incendios de febrero del 2022. Fotografía: Armando Díaz.

Esmeralda Mujica, bióloga egresada de la Universidad Central de Venezuela, tampoco cree que los incendios sean consecuencia directa del calentamiento global, aunque no niega su existencia y su impacto sobre la ciudad.

No hay incendio espontáneo en Venezuela. Las temperaturas no son tan altas como para que se den”, contó.

No obstante, afirma que las temperaturas actuales influyen en un secado más rápido de la vegetación. Esto se repite en los suelos que pierden su humedad.

Fotografía: Armando Díaz.

La bióloga recalca que esta situación no empezó hace dos semanas ocurriendo, sino hace meses y culpa a las autoridades por no implementar medidas de prevención, como los cortafuegos. También denunció que no se cuenta con un sistema adecuado de protección.

Héctor Lugo, funcionario de los Bomberos Forestales de Inparques, precisó que los vientos en esta fecha oscilan los 30 y 40 kilómetros por hora (kph). “Lo usual es entre 15 y 20 kph”. La temperatura tampoco se escapa de este efecto, ya que en el día más alto llegó a 39 grados centígrados, manteniéndose en 36° C la mayoría del tiempo, factores que influyen en la propagación del fuego.

Frente a la pérdida de fauna y flora, la sequía es más fuerte y los suelos quedan más vulnerables.

No quiero ser catastrófica, pero con la llegada de las lluvias, cada vez más fuertes y el suelo deteriorado del Casupo, sin árboles que contengan todo, Valencia podría sufrir una tragedia como la del Castaño o El Limón en Aragua y ante esto, ellos (Gobierno) siempre tendrán una excusa que poner”, asevera Mujica.

Fotografía: Armando Díaz.
Responsabilidad de todos

Estas sequías no son una novedad, forman parte del tradicional temporal carabobeño que pasa de verano a invierno. Por lo previsible, Mujica tilda esta situación como una “catástrofe”, dada la devastación de la fauna y la flora.

Quienes se pueden salvar son las aves, pero los pichones no. Todo lo demás: lagartijas, serpientes, insectos huyen a las zonas más seguras (riberas del río), pero solo los más ágiles lo logran”, dijo.

Cuando se trata de establecer responsabilidades, Mujica apunta a todos. “Cómo me vas a sacar un decreto cuatro días después para que la gente no entre al cerro cuando es la sociedad civil la que ha estado al pie del cañón”, dice en referencia a los alcaldes de Valencia y Naguanagua, Julio Fuenmayor y Ana González.

 

La falta de la espuma antifuego, de helicópteros para trasladar provisiones y bomberos, dice Mujica, son responsabilidad Ministerio de Ecosocialismo, antiguo Ministerio del Ambiente. Sobre Inparques aclaró que su jurisdicción llega hasta los parques nacionales y El Casupo, así como el cerro La Guacamaya son parques municipales. Pero, en la actualidad, hay funcionarios de los Bomberos Forestales de Inparques en los cerros. “En momentos así tu no rebotas el deber a otro”,

La experta no olvida que en situaciones así la responsabilidad principal recae sobre la Secretaría de Ordenación del Territorio, Ambiente y Recursos Naturales de la Gobernación de Carabobo (Sotarn), a cargo de Douglas Torrens, pero éste brilla por su ausencia.

“Todo esto ocurre a destiempo y es la sociedad civil al que ha dado respuesta”.

Hace al menos 20 años la única empresa privada que apoyaba la reforestación del Casupo era la cadena de ferreterías EPA, además de reforestar, instalaron un sistema de riego que podía observarse mientras se ascendía por la entrada principal y a su vez a lo largo de la cima del cerro. Este sistema se instaló en 1998, pero lleva más de 15 años dañado.

Fotografía: Armando Díaz.

Las jornadas de reforestacion masiva también se suspendieron. Mujica recuerda que la última vez que se hizo fue hace al menos 10 años durante el gobierno del exalcalde chavista, Edgardo Parra.

Lo que se hace ahora es sembrar un arbolito más que otro y lo hacen a destiempo. Todo esto se planifica, no todas las especies se dan en esta zona”, dijo Mujica.

incendio cerro El Café
Incendios en el cerro El Café Fotografía: Armando Díaz del 16 de ferero de 2022

Incendios como el del Casupo o El Café en 2022 son un incumplimiento directo del objetivo número 5 del Plan de la Patria, ideado por el difunto Hugo Chávez, el cual dice que se debe “Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana”. Al hacerlo se ataca directamente a la idea de ecosocialista y su lucha contra el sistema depredador.

Luego de más de un año de la creación de los Dracu Guardianes Ambientales, se desconoce cuál es el alcance de sus funciones. Residentes de sectores aledaños a los sitios incendiados dicen en estos momentos es cuando más falta hacen.

Sin embargo, zonas como El Casupo o El Café tardarían 50 años en regenerarse de forma natural, “solo si no ocurren incendios en ese período”, indica Vidarte.

Con información de Crónica Uno